domingo, 21 de junio de 2015

Monjes errantes

Los monjes de la nada o komusō eran un monjes que sobrevivían con limosnas, allegados de la secta Fuke del budismo zen. Por lo general se les caracteriza por utilizar una canasta de paja en la cabeza como una manifestación de la ausencia de ego, llamada tengai y tocando la shakuhachi (una flauta japonesa) utilizada para meditar y pedir por las almas.




Los komusō practicaban el suizen, un tipo de meditación para la que tocaban piezas en el shakuhachi llamadas honkyoku (piezas verdaderas) como parte de su ritual. Parte de la doctrina de los Fuke los llevaba a vivir una vida de peregrinación y mendicidad, sin embargo viajar por Japón estaba muy restringido por el Shogunato Ashikaga durante la época de las rebeliones no obstante la secta Fuke se hizo de una rara excepción firmada por el shogun, además pidieron exclusividad de la shakuhachi, lo que pronto les serviría para salvar su estilo de vida, una de sus canciones más famosas refleja su tradición de mendicidad, "Hi fu mi, hachi gaeshi", "Uno, dos tres, pasa el tazón de las almas".


Sin embargo por éstos beneficios el Shogunato exigia que algunos monjes espiaran para ellos. Ninjas y ronins (samurais sin maestro) también  usaron el disfraz de Komuso para evitar el escrutinio oficial de su presencia o intenciones en alguna provincia. Sin embargo cuando se conoció este uso los viajeros usando el traje de Komuso se convirtieron en objetivo de las inspecciones, especialmente en áreas de conflicto. Varias honkyoku de la Shakuhachi se convirtieron en exámenes, si un Komuso era sospechoso se le pedía que tocará una de las piezas y si era capaz de reproducirla en la manera suizen era aceptado como Fuke, de lo contrario era inmediatamente arrestado.

Cuando el Shogunato Tokugawa llegó al poder sobre Japón unificado al principio del siglo 17, los Komuso fueron objeto de crítica por primera vez, puesto que varios Komuso nuevos habían sido ronin despojados de su título al terminar la era Sengoku (siglo 16) el peligro para el nuevo Shogunato era inminente. Los Komuso, numerosos por esas fechas fueron vistos con desconfianza y como desestabilizadores potenciales del nuevo Shogunato.

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