martes, 7 de julio de 2015

El festival de las estrellas

El Tanabata o festival de las estrellas se lleva a cabo el 7 de julio de cada año, es uno de los cinco festivales tradicionales de Japón, llamados gosekku. Tiene su origen en las costumbres de China.




Fue celebrado por primera vez en la antigua corte imperial de Japón, ellos solían observar las estrellas y hacer poesía y fue hasta que el pueblo comenzó a celebrarlo que se utilizaron las ramas de bambú o take y los tanzaku,  que son los papeles de colores, donde la gente escribe sus deseos para que las estrellas los cumplan.
Orihime y Hikoboshi que tengamos 8000 likes de aquí a septiembre.


Esta festividad astral se concentra en torno a las estrellas Vega y Altair en las constelaciones de Lyra y Aquila, respectivamente. Este festival, que sigue el calendario lunar chino, conmemora el encuentro anual de Orihime (Vega), la estrella tejedora y madre del cultivo de la seda, y Hikoboshi (Altair), la estrella vaquero y mensajero de los agricultores.


Y un kimono de verano kaalita con motivos de Tanabata 
hecho con la técnica yuzen solo porque sí. 


La leyenda va más o menos así:

Orihime tejía telas a la orilla del río Amanogawa para su padre Tentei (el Rey Celestial). Ella trabajaba todos los días sin tomarse un descanso. Un día, su padre decidió  que no quería ver a su hija sola y decidió presentarla al joven Hikoboshi, un pastor que vivía al otro lado del río Amanogawa. Cuando los dos se conocieron se enamoraron al instante y, poco después, se casaron.

Pero no todo fue felicidad después de su boda, Orihime comenzó a dejar de tejer para su padre y Hikoboshi olvidó su ganado haciendo que se perdiera en el cielo formando así las estrellas.

Furioso, el Rey Celestial decidió que los jóvenes no debían estar juntos y puso a cada uno en una orilla diferente del río Amanogawa. Orihime triste y con lágrimas en los ojos, le rogó a su padre que  los dejara verse de nuevo, el se conmovió por sus lagrimas y le dijo que los dejaría verse solo si ella terminaba su trabajo antes del séptimo día del séptimo mes.


La primera vez que se iban a ver, se dieron cuenta de que no podían porque no había puente para atravesar el río, así que Orihime se puso a llorar, lloró tan fuerte que unas urracas la escucharon y decidieron ayudarlos formando un puente para que ellos cruzaran. Las urracas los vieron tan felices que les prometieron que cada séptimo día del séptimo mes irían a ayudarles para formar un puente y que se siguieran viendo.


¿Qué les parece?

Información: Nippon.com

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