No es sorpresa la gran trayectoria y talento de los grandes exponentes del patinaje artístico en Japón resaltando la rama varonil. Sin dudas desde su debut el joven Yuzuru Hanyu ha cosechado logro tras logro, resaltando su triunfo olímpico en Sochi 2014, sin importar menos su título de campeón mundial en 2014 y 2017. Además el primer asiático en ganar el oro olímpico en patinaje masculino y defender como muy pocos patinadores en la historia han podido hacerlo nuevamente su título con majestuosidad y como solamente este gran atleta olímpico sabe hacerlo: disciplina y pasión haciendo una simbiosis casi perfecta. No solo es un patinador que se centra en el elemento técnico sino con cada uno de sus movimientos deleita al espectador y su última actuación no fue la excepción.
Patinaje artístico uno de los mayores atractivos.
Los juegos olímpicos de invierno que se están llevando a cabo en Pyeongchang, Corea del Sur han dado mucho de que hablar en sus diferentes categorías y competencias, no obstante muchos de los espectadores esperaban el patinaje artístico en todas sus variantes. El varonil era de los más esperados. Debemos aclarar que en la rama de los hombres los saltos como los cuádruples hoy en día se han convertido en lo indispensable para puntuar sobre los demás, pero no sucede en lo mismo con el femenil que rara vez clavan saltos de ese nivel pero vemos mayores elementos artísticos. En este caso el lado artístico también pesó mucho para el desenlace final.
El pasado jueves 15 de febrero a partir de las 19:00 hrs en México comenzó la competencia con 30 patinadores de diversas partes del mundo divididos en 5 grupos para presentar su programa corto y calificar para la segunda etapa. Entre los favoritos, Nathan Chen fue una sorpresa no tan grata de caerse la mayoría de sus saltos en su programa corto pero recuperándose en el programa largo con un total de seis cuádruples, como lo hacen llamar el saltamontes, mote cariñoso, sin lugar a dudas. Pasaban las horas y la expectativa aumentaba conforme los patinadores de los grupos antecesores mostraban grandes habilidades y emergentes talentos para llegar a las estrellas actuales de la disciplina. A las 10:40 el quinto grupo por fin salen a la pista para calentar, Javier Fernandez, Yuzuru Hanyu, Shoma Uno, entre otros. Los aplausos y vítores no se aplacaron cuando cada uno de ellos con gran precisión y dominio sobre el hielo mostraron su habilidad. Yuzuru Hanyu dominó con 111 puntos sobre los otros competidores con uno de sus programas hermosos con la melodía de Ballade no. 1 op. 23 in G minor por Chopin, con total sensibilidad en cada movimiento, magistral en sus tres saltos y confiado a pesar de su lesión en el tobillo desde noviembre que lo imposibilito a participar en las demás competencias. El patinador japonés no escatimo en su talento y todo se decidiría en el segundo día con el programa libre.
Programa libre, tropiezos, revelaciones y triunfos.
El viernes anterior la lucha, literal, para el podio se desarrolló con el mismo horario para México y algunos países como latinoamérica. Con sólo 22 competidores en ese momento, el programa libre en un comienzo hubo muchas caídas, y decepciones por errores que a esas alturas los competidores no podían darse el lujo de tener. Todos apostaban por los favoritos para la verdadera disputa del podio pero la actuación de cada atleta fue digno de admirar.
El cuarto grupo, que fue el último en salir, se presentaban los primeros siete puestos del short program. Entre los que habíamos mencionado se sumaron Patrick Chan de Canadá y el chino Jin Boyang de los cuales el día anterior dio un suntuoso programa. El rey del hielo Hanyu le tocó el quinto lugar para presentarse y a pesar de unos pequeños tropiezos como el segundo salto cuádruple que pudo salvar por su experiencia y otro pequeño titubeo no opacó la hermosa presentación que brindó para el público y para sí mismo. Al finalizar su actuación la satisfacción en su rostro lo expresó todo.
Javier Fernández a pesar de no arriesgarse con mayor dificultad en sus saltos se coronó con el bronce, en el programa libre cambio algunos cuádruples por triples razón por la cual quedó con menor puntuación entre otros aspectos pero logró alcanzar el podio. Con su carisma, lozanía, perfecta sincronización y conexión con el público le valió gran reconocimiento y pasar a la historia como el primer patinador español en ganar un título olímpico.
Shoma Uno con su gran brío y determinación fue la gran sorpresa en el programa libre como último competidor. A pesar de la primera caída que sufrió al comienzo de su programa, logró recuperarse como pocos lo han podido hacer, realizando no uno sino dos cuádruples de avanzada dificultad a mitad de la presentación y continuos, cuestión espartana para cualquier patinador y haberlos clavado perfecto le sumo un 10% más a su puntuación final y los molinetes combinados, la secuencia de pasos fue espectacular. Algunos se preguntaron porque le ganó a Javier si Shoma había sufrido una caída pero lo que hizo en el apartado técnico fue superior que el mismo Yuzuru. La puntuación fue perfecta y logró en su primera participación olímpica ganar la plata brindando a Japón dos victorias seguidas.
El podio quedó con bronce para Javier Fernández, plata para el japonés Shoma Uno y oro para Yuzuru Hanyu el favorito de la noche. Los abrazos de compañerismo entre ellos, que han sido compañeros y rivales en otras competencias no se hicieron esperar. Las estrellas brindaron lo mejor de ellas y se recompensó con las medallas olímpicas. ¿Qué pasará dentro de cuatro años? como lo mencione anteriormente algunos de ellos como Javier que ha anunciado su retiro competitivo dejará una brecha y las nuevas estrellas emergentes maduraran en su proceso profesional y crecerán en experiencia. No cabe duda que este deporte a pesar de lo hermoso y sutil que aparenta ser, detrás de él cada atleta se somete a gran presión y cada día superan el nivel para estar preparados en una lucha descarnada por el reconocimiento en la disciplina de patinaje artístico. Nosotros como público vemos solo una parte del esfuerzo de estos patinadores pero nunca olvidemos que los movimientos balísticos, los saltos sobre el aire y la delicadeza sostenida es un precio pagado muchas veces con sacrificio físico y mental.
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